viernes, 10 de enero de 2014

Mía, el gato y el ratón - María Border

¡Hola!

Vengo con una nueva reseña para compartir con ustedes.



Mía, el gato y el ratón — María Border

Sinopsis
 
Cansada de ser acosada por el dueño de la productora para la que trabaja, Miranda Serrano consigue un puesto como secretaria en el estudio jurídico Salerno, considerando que allí estará bajo las órdenes de gente seria y profesional. El doctor Santiago Albarracín, miembro destacado del estudio, será su jefe. Además de un hábil profesional, Santiago es seductor, mujeriego y no está acostumbrado a que las mujeres le digan que no. Mucho menos un “minón infernal”, como su nueva secretaria. Entre atracción y rechazo, descubrirán secretos familiares y temores propios. En la búsqueda por lograr sus objetivos, vivirán situaciones límite, incursionando en el juego “del gato y el ratón”. ¿Quién será el gato? ¿Quién el ratón?

Comenzando con la portada, debo decir que si algo atrae de la misma es su color naranja de fondo. Una tonalidad muy particular para un libro de romántica, pero que encaja muy bien para lo que nos encontraremos en sus páginas. El zapato, los “clásicos” que imagino forman parte del armario de más de una mujer (yo los tengo), y el cenicero con el cigarrillo son dos elementos muy significativos que representan, sin lugar a dudas, a los dos protagonistas de esta historia. 

Y para hablar de ellos, y coincidiendo con el inicio de la novela, comienzo con él, con Santiago Albarracín, un hombre atractivo, seductor y muy seguro de sí mismo, pero (siempre hay uno en medio), y esto es mi parecer, un poco creído (por no decir demasiado). 

“…Sí, nena, así de atractivo, ¿viste?...” “…Sin bronceado también estoy buenísimo…” 

¿Perdón? ¡Madre mía! Representado así, diría que Santiago jamás podría amar a nadie, porque me hace dudar que en su corazón pueda albergar amor por alguien más que no sea él mismo.  Sin embargo, les diré si mi opinión cambió al respecto en unos párrafos más abajo.

Siguiendo con Santiago, no dudo que en su trabajo es el mejor, pero (ya les había dicho que siempre los hay) a quejoso creo que no le gana nadie. 

“…Odio el tiempo perdido en los aviones. No puedo dormir, no entro en los asientos… (bla, bla, bla)…” “…Los chicos son un fastidio…” “…¿Cómo voy a hacer para laburar sin un pucho en la mano?...” 

La vida perfecta; lo que yo quiero, lo tengo; si no me interesa, como si no existiera; y con la mirada (y algo más) siempre fija en las mujeres. Pero ¡cuidado!, si no eres esbelta, bella, hermosa, con un cuerpo de infarto, sexy, va, en pocas palabras, una top model, olvídate de que pueda darte bolilla, llevarte el apunte, prestarte atención, o como quieran llamarle. 

Sí, lo reconozco, Santiago no me ha caído bien. Su forma de ser es, para mi gusto, demasiado arrogante y creída. 

Paso ahora a Miranda Serrano. Tenemos a una mujer que en palabras textuales de Santiago es un minón infernal, o sea, su tipo, su clase, su todo, y, por supuesto, no va a dudar en tenerla en sus brazos (y algo más). (¡Santiago, dejá de meterte en medio que tengo que hablar de Miranda! ¡Vaya con este hombre!)
Volviendo con Miranda (si me dejan), decía que es una bella mujer, con carácter y segura de lo que busca y espera de su vida. El trabajo que tiene no es porque realmente lo necesite, su padre puede ofrecerle todas las comodidades que ella desee, pero Miranda quiere valerse por sí misma. Y es así que tiene su propio departamento, que comparte con dos amigos, y que busca un trabajo estable que le permita seguir con su estudio universitario, diseño gráfico, que poco tendrá que ver con el que consigue.

Decidida a dejar la productora donde trabajaba (y de la que no se lleva muy buenos recuerdos), se toma vacaciones antes de emprender el cambio radical que busca en su vida. Así es que, ayudada por su mejor amiga, ingresa al Estudio Jurídico Salerno como secretaria de Santiago Albarracín y Franco Salerno (ya hablaré de él cuando lea Mía 2).

Y como toda mujer que se precie de ser conquistada, no puede evitar caer rendida ante Santiago. Sin embargo, antes de llegar a ello, y advertida principalmente por las palabras de Salerno padre (“…Astutos como pocos y envidiablemente hábiles. Pero jóvenes y… atractivos…” “…Ante la primera muestra de un acto que no se corresponda con las labores para las cuales lo hago, daré curso a su inmediato despido…”), crea mil y un barreras a su alrededor. Ambos son tal y cual Salerno los ha descrito, y mantiene la compostura frente a ello, siendo lo más profesional e indiferente que puede. Pero (perdón por los muchos que voy poniendo) Santiago es Santiago y por más que no quiera dejarse llevar, termina sucumbiendo ante él. 

Aquí pongo una crítica y es que creo que Miranda se ha dejado llevar muy rápido. Para mi gusto, hacerlo sufrir un poco más a Santiago o poner algunas escenas más de choque entre ambos hubiera estado genial.
El juego de “el gato y el ratón” está muy bien descripto en esta historia, ya que entre ambos protagonistas es esto lo que surgirá, un tira y afloja por parte de ambos, para terminar los dos entendiendo que uno no puede vivir sin el otro.

En fin, para ya ir dando por concluida esta reseña, redondeo con mis pareceres. Mía, el gato y el ratón es una linda y divertida historia de amor. No puedo dejar de nombrar a la madre de Santiago, Clara, un personaje que me encantó; sabia, compañera, dulce, tierna y siempre con la palabra exacta para brindarle a su hijo. 

De Franco no voy a hacer comentarios por ahora, lo dejaré para cuando lea su libro.

De los padres de Miranda, y para no hacer spoilers, solo diré que el mundo es un pañuelo y que me ha dejado con ganas de saber más sobre la pequeña María Sol.

Y para finalizar ya, diré que María Border nos ha deleitado una vez más con su magnífica pluma. Su forma de escribir es maravillosa, natural, divertida. Sus expresiones tan argentinas me encantan, me hacen reír y sentir que estoy en mi día a día. Y el haberla escrito en primera persona y desde el punto de vista de Santiago y de Miranda, ha sido magnífica, porque descubrimos mucho sobre los sentimientos de cada uno.
Tengo que reconocer, después de todo, que Santiago, pese a su arrogancia, logró conquistarme finalmente. Los celos que ha sentido, comprendo que justificados, han sacado lo mejor de él: que su corazón no le pertenecía solo a su ego, sino que puede compartir, soñar y crecer junto a la persona que ha logrado conquistarlo.

Una bella historia para recomendar. 

Cariños, 

 

4 comentarios:

  1. me he vuelto una gran fan de esa autora y sin duda esta novela ha sido una de mis favoritas! ^v^

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    1. Gracias por comentar, Haruko. Y coincido contigo, María también es de mis favoritas. Cariños.

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  2. Guau ¡Qué bonita reseña Mimi! Mil gracias por leer mi novela.
    Opino igual que vos de Santiago. Ya era hora de que le llegara su Miranda.
    Besos y otra vez gracias.
    María

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  3. Hola Guapetona, una maravillosa reseña. María escribe genial.
    Besicos.

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