jueves, 9 de mayo de 2019

14 corazones a través del tiempo


¡Buenas, buenas! 
Acá estoy de vuelta y espero no desaparecer de nuevo. Mi intención es volver a mis inicios, a cuando leía y reseñaba novelas (más bien, daba mi opinión). Tengo una pila de libros en la bliblioteca, tanto así que los últimos que compré ya van acumulándose en la mesa del comedor. Y es que la Feria Internacional del Libro, de la que ya les hablaré en otra entrada, este año, la disfruté más que otros y no pude con la tentación de conocer a nuevos autores y volver a caer en algunos de los cuales ya disfruté sus lecturas. 
Pues bien, retomo esto de comentar mis lecturas. Quiero aclarar una cosa antes: yo no soy de las lectoras que dicen que, si una obra no les gustó, no opinan por no quedar mal. Yo creo que si hay algo que no es de nuestro agrado, es necesario decirlo, siempre que se haga con respeto. Sé que las críticas, cuando están bien hechas, ayudan al autor. Lo sé por experiencia propia. Dicho esto, les dejo mi opinión, reseña, comentario, o como lo quieran llamar, de una antología solidaria formada por catorce autoras argentinas.

El 16 de marzo, en Casa de la Lectura, se presentó la antología 14 Corazones a través del tiempo. Debo decir que el lugar es muy lindo y que la organización estuvo de diez. Reconozco que María Border estuvo muy bien también, aunque solo destaco un detalle que me llamó la atención: hubo un solo relato en el que no leyó una parte romántica, sino unas simples líneas que se relacionaban con el tema tocado. Lo destaco porque, en general, de todos los expresados, se desprendió ese «aww» que nos caracteriza a las lectoras de romántica, y en ese único no lo sentí.
Dejando eso de lado, paso a la portada. Es bonita, sin embargo, para mi gusto, no se distingue bien donde dice antología romántica, como así tampoco el título, el que está muy oscuro. Y, a mi parecer, creo que la relación de tamaños entre el reloj y el resto no es la correcta (la rosa y la pluma son grandes en comparación). No me maten, solo es mi opinión. En cuanto a la maquetación, me gustaron los detalles del interior y la tipografía usada es acorde y fácil de leer, así como el color hueso de las páginas es mejor a la vista.
Voy a dejar para el final lo que me pareció la antología en sí, y me centraré en decir unas palabras respecto a cada relato. 
Para iniciar, el Prólogo de Mariela Giménez es impecable, te anima a adentrarte en cada uno de los relatos, a querer descubrir a cada una de las autoras que conforman esta antología.

Mis ojos como noche, Vanesa Spinelli
Un título que hace honor al relato, que engancha, que sorprende al descubrir su porqué. Vanesa tiene un estilo muy cuidado y poético al escribir, algo que a mí me fascina.
Nos lleva a una Florencia en épocas para nada fáciles, donde la incertidumbre y la enfermedad están a la orden del día, y a una familia que guía sus pasos según los designios divinos y que pone en tela de juicio los actos de muchos, sin tener en cuenta los propios. Diferencia de clases sociales y un amor que surge pese a ello. Un secreto, el dolor de la pérdida, la desazón por lo sufrido; la esperanza nunca se pierde y es posible guardarla en lo más profundo del corazón, a la espera del reencuentro.

Tras la batalla te espero, María Laura Gambero
Como nos tiene acostumbrados María Laura en sus novelas, en este relato encontramos su impronta, esa que nos lleva a meternos en la historia gracias al minucioso detalle de sus descripciones. Su estilo es cuidado, y se nota, sobre todo en este relato, que la investigación histórica le gusta mucho.
Me gustó el título, expresa justo las emociones de la protagonista.
Tiempo de revueltas en la Buenos Aires de 1852, de cambios, de largas esperas cuando dos corazones se reconocen y se entregan. Los peligros acechan y la distancia separa, sin embargo, el amor no deja de estar presente y es el mismo que da fuerza cuando las nubes de la desesperanza parecen querer cubrirlo todo. Tengo que reconocer, además, que no me esperaba ese final (no digo en qué sentido para no hacer spoiler).

Por honor y libertad, Laura Isaac
Primera obra literaria de Laura, por ende, primera lectura también. Un estilo sencillo, fácil de leer, con detalles necesarios, pero sin ahondar mucho en ellos. En mi opinión, si pule un poco su estilo, creo que engrandecería su escritura.
Título acorde a lo relatado.
Nos encontramos con un relato donde la diferencia en el color de piel era signo de esclavitud, de poder, de castigos y controversias, donde los valores bienintencionados se veían en unos pocos. Destaco en esta breve historia la amistad por sobre el amor, pues si bien hay una pareja de enamorados, prima más el desasosiego y la esperanza de volver a verse de dos amigos que la tristeza de sentir lejos al ser amado.

El corazón del mundo, Estela Escudero
No creo ser muy ecuánime al expresar mis palabras hacia la escritura de Estela, pues realmente estoy enamorada con su estilo poético y la manera en que nos envuelve con su prosa. Leer sus historias es sentirse rodeada por un halo de caricias ansiadas, de una paz largamente buscada; es ese aliento que uno espera tomar tras una maratón; es el frescor de una brisa de verano… Podría seguir con las comparaciones, pero mejor me aboco al relato.
Precioso título que no encierra solo el lugar físico al cual podamos referirnos (cada uno tendrá el propio), sino que va más allá, a sentir con el alma.
Principios del siglo XX, un posible atentado y un capitán inspector que debe hacer frente a su raciocinio cuando pone el corazón en juego. Un breve relato que me dejó con ganas de saber más, mucho más.

Al otro lado del arcoíris, Paulina Maggi
Si bien Paulina ya tiene varias novelas en su haber, esto es lo primero que leo de ella. Su estilo es sencillo y de fácil lectura. Tengo que reconocer (y espero que no me maten) que me desilusioné un poco, pues al tomar el Titanic como escenario, me imaginé la grandiosidad y belleza de tan afamado transatlántico plasmadas en el relato. Agrego, además, que la redacción de la carta / diario en medio del hundimiento no me cierra del todo (quizás sea mi parte de correctora la que me lo dice, pero no quiero entrar en detalles y tan solo dejar mi punto de vista como lectora), así como un hecho del que no puedo decir mucho para no contarles parte de la historia, pero que tiene que ver con dicha carta / diario.
Un título esperanzador, acorde a lo que el protagonista expresa para con su amor.
Nos encontramos en este relato con una mujer a la espera de su prometido, el que viaja en el transatlántico. Y es a través de la lectura de una carta y un diario que ella vive los sucesos a los que tuvo que enfrentarse el hombre. Destaco, y es gracias a charlar con otra lectora que surgió esto, la solidaridad reflejada en las palabras escritas por él. Pese a lo dicho de la redacción, es un lindo relato.

Voto por amor, Laura Kaestner
Aunque empecé a leer a Laura con su primera novela, no la terminé. Y no es porque me haya resultado pesada, nada que ver, me gustó mucho el inicio y estoy esperando para poder continuarla (ya saben, uno está ya en mil cosas y se suma a más; esa soy yo). Su estilo, si bien es sencillo y de fácil lectura (perdón si soy repetitiva con esto), noto que tiene más recursos estilísticos utilizados, aunque con un pulido quedaría mucho mejor. Título bonito, que invita a querer leer.
Momento en que los comicios convulsionan a Argentina, donde se da inicio al voto secreto tras un fraude electoral (uno de tantos). Siempre hay algo que a uno le llama la atención y que se clava en nuestras retinas para no olvidar. Pues bien, algo así ocurre en este relato y, de ahí en más, lo que comenzó siendo una amistad (más para ella que para él, que se ha prendado ni bien la ve) pronto se convertirá en lo que ambos estaban buscando.
Destaco en este relato el intercambio de cartas, ya que me gustó que fuera diferente a casi el resto.

Al final de Preston, Karina Almada
Lo primero que leo de Karina, aunque sé que no es lo único que tiene. De escritura amena y fácil lectura, maneja bien las estructuras y recursos. No soy muy amante de la utilización de la primera persona cuando esta está de un solo lado de los personajes, no obstante, como es algo breve, y dado el cariz del tema, está muy bien trabajada.
Me gustó el título, es como una metáfora.
Inicios de la Primera Guerra Mundial. Dudas, incertidumbres, preocupaciones. Y entre todo ello, una mujer que decide buscar una forma de distracción en un deporte que, por ese entonces, era exclusivamente masculino: el fútbol. No soy fanática de este juego, por lo que podría decir que el relato pasó sin ton ni son frente a mis ojos. No obstante, destaco la capacidad de la autora de poner la pasión que siente al respecto en sus palabras.

El escudo, Valeria Naya
Esto es lo segundo que leo de Valeria, y tengo que decir que me gustó mucho más este relato que la novela. Creo que la profundidad que expresó en las páginas dentro de la antología tiene un sentimiento y dolor, como esperanza y amor también, que no vi del todo plasmado en la extensión que es su primera obra. Su estilo, aunque sencillo y de fácil lectura, tiene emociones, logra hacer llegar al corazón. (Aclaro que la novela está bien también, no me malinterpreten.)
Buen título, lo asemejo, también, a una metáfora.
Un amor que nace antes de la Segunda Guerra Mundial, pero que no es detenido por esta. Un amor que traspasa fronteras, sufrimiento y horror.

Siempre habrá rosas blancas, Sabrina Mercado
Tengo las tres novelas de Sabrina para leer, las que forman parte de mi larga pila de libros pendientes, así que este relato es lo primero que leo. Me encanta el título, invita a saber el porqué, y descubrirlo es algo que te lleva a pensar que, a veces, por más que actuemos a causa de la razón, el corazón nunca deja de añorar el primer amor.
Sabrina tiene un estilo donde, al menos en este relato, se destacan los diálogos (más allá de las cartas). Me hubiera gustado encontrar, y esto es más a gusto personal que porque sea erróneo, alguna que otra acotación en este, ya que ello me lleva a conocer más a los personajes, actitudes que tienen, gestos, etc.

Estrellas en la mirada, Érica Vera
Al igual que comenté con algunas autoras, también tengo de Érica su novela en la pila de libros por leer. De su estilo, debo decir que me gustó, ya que noté algunos recursos que yo suelo utilizar. El título me agrada y va muy bien con lo que uno se va a encontrar en el relato. No obstante, me hubiera gustado saber un poco más, ya que creo que quedaron algunas cosas inconclusas, aunque se puedan deducir en parte.
En una Cuba revolucionada, pero donde la algarabía de los cantos y bailes no pueden silenciarse, una mirada basta para que el amor surja. Y, aunque tomar una decisión nunca es fácil, lo que siente el corazón es quien manda.

Regreso a puerto seguro, Morena Barrasa
Primeros trazos de Morena en la escritura y, la verdad, se nota (no tanto en su estilo de escritura, que está bien, sino en cuanto a contenido). Si bien es un buen título para lo que relata, en mi opinión, quiso contar mucho en pocas páginas y, por hacerlo, han quedado muchas cosas en el tintero.
En una Buenos Aires en plena dictadura, dos amantes son separados por el cargo que él ocupa, y cartearse no es tan fácil cuando plasmar sentimientos y sucesos pueden condenarlos. Los años pasan y, de pronto, una guerra se desata, la de Malvinas. Estar lejos no es fácil, mucho menos cuando la desesperación abraza al corazón y el no saber si el amor volverá a puerto seguro.

Por ti viviré, Natalia Samburgo
También es lo primero que leo de Natalia, aunque sé que tiene una novela ya publicada. Su estilo es sencillo, de fácil lectura. El título me gusta, da pie a un significado que simboliza mucho a esta antología: que el amor todo lo puede, que es nuestro motor para seguir adelante y salir hasta del pozo más profundo. No obstante, debo decir, como ya mencioné en otro relato, que la redacción no es la correcta, además de que me resultan inverosímiles algunos hechos.
No hay peor horror que un atentado, mucho menos cuando miles de personas inocentes, grandes y chicos, ven truncada sus vidas por la locura de las diferencias, de las distintas opiniones, del poder, de ser uno más que el otro.
Un once de septiembre que marcó a un país, que dejó en vilo al mundo. Y un hombre que luchará por seguir con vida pese a la pesadilla en la que se ve envuelto.

Destino por correspondencia, Rocío Bescós
Por ser lo primero que leo de Rocío, tengo que decir que me gustó mucho, que su estilo es cuidado y, por momentos, poético, algo que adoro encontrar al leer. El título es el ideal y me encantó.
Ya más adentrados en lo contemporáneo, nos encontramos con un amor a primera vista, de esos que te hacen suspirar y creer que sí es posible. Pero no es eso justamente lo que me llevó a tener esas sensaciones, sino al motivo por el cual ellos se encuentran. Adoré las consecuencias de la entrega de una carta que, finalmente, llega a destino.

Una rosa, un cactus, un anillo, Gabriela Romero
«La frutilla del postre», esto es lo que sentí al leer este último relato en la antología. Gabriela, con su estilo fresco y unos personajes que pocas veces encontramos como principales en una novela, me hizo soltar un par de carcajadas.
Creo que el título atrapa y es justo el que el relato necesita (y saber el porqué sorprende aún más). Tiene algunos detalles de redacción, pero nada que impida seguir leyendo.
En un mundo donde la tecnología tiene una relevancia demasiado importante hoy en día, hasta los mayores se hacen eco de ella. Y entender que el amor, cuando es verdadero, puede sortear cuanto obstáculo se le presente en el camino.

Bien, hasta acá, lo que me pareció cada relato. Ahora voy a dar mi opinión (y que conste que es tan solo MI punto de vista) de lo que me pareció la antología en conjunto.
Lo primero a destacar, y entiendo y sé —por experiencia— que se pueden perder cambios cuando los archivos van de un autor a otro, de mano en mano, es que tiene varios errores que no deberían de tener que estar. Hablé con algunas de las autoras y ya me pusieron al corriente del tema. Es una lástima, la verdad, pues se desmerece la obra. Y yo no puedo callar, aunque sé que a muchos les molestará que lo haya dicho. Siempre digo que yo no soy perfecta, que no estoy exenta de cometerlos, pero si de algo estoy segura, es que doy lo mejor de mí cuando una obra llega a mis manos, sin importar qué tan buena o mala pueda ser.
Destaco el hilo conductor epistolar que le dieron, aunque reconozco que yo, quizás por tanta publicidad que le hicieron (la que sé que es muy productiva y estuvo estupenda), esperaba otra cosa (supongo que tiene que ver conmigo y esas ganas que siempre tengo al leer o crear antologías de unir los relatos de alguna manera, una conexión diferente).
Y sumo el mérito de hacer solidaria esta antología, es un muy buen gesto, ya que las ventas son destinadas a la Biblioteca Infantil de La Plata “Del otro lado del árbol”, una ONG solidaria platense con vínculos con el Hospital de Niños de esa ciudad. 
En líneas generales, la antología está bien, lleva un buen ritmo al ser cada relato de una extensión similar, y se lee sin dificultad alguna. Se habrán dado cuenta de que algunos relatos me gustaron más que otros, pero bueno, ahí ya prima el famoso dicho que dice: «para gustos, los colores».
Tengan en cuenta, insisto, en que todo lo que dije es tan solo mi opinión, mi punto de vista. Sé que fui bastante crítica (y espero que sea constructiva para los autores), sin embargo, me gusta serlo y es una cualidad que, creo, pocos tienen. Por otro lado, lo hice con respeto ante todo, y eso muy importante.
Nos leemos en la próxima reseña.
Besos, 

jueves, 11 de abril de 2019

Escribir es...

Muchos creen que escribir es algo sencillo y que cualquiera puede hacerlo, que con tener una idea en la cabeza y ganas de plasmarla en palabras escritas alcanza. Puede ser que, en algunos casos, y son contados a mi criterio, sea así y surjan buenas historias. Sin embargo, cuando la pasión de escribir nace del corazón, por amor, por gusto, por la simple y sencilla satisfacción de hacerlo para uno (el que guste a los demás es un extra), el perfeccionarse en este arte es lo que hace que seamos cada vez mejores.
Escribir no es juntar palabras unas tras otras; no es crear oraciones como si estuviéramos hablando con otra persona; no es volcar atropelladamente en el papel (o cualquier método que se use para escribir) lo que nos dice la mente.
Escribir es crear; es dejar volar la imaginación; es ser consciente de que estamos dejando mucho de nosotros en palabras; es respetarse a uno mismo y respetar a aquel lector que se anime a leernos. Es aprender también, porque no solo basta lo que nos enseñaron en la escuela, hay que buscar el camino que nos lleve a poder dar lo mejor de nosotros.
Un pintor puede dar muchos trazos para crear su obra, pero necesita saber de pigmentos, de tipos de pinceles...
Un músico puede tocar el intrumento que quiera, pero necesita saber de acordes, de notas musicales...
Un albañil puede levantar una pared, pero necesita saber de mezclas, de ladrillos...
Podría seguir dando ejemplos, pero no es cuestión de aburrirlos.
¿A qué voy con todo esto? Simple: un escritor puede escribir lo que se le venga a la cabeza, pero necesita de herramientas, de técnicas y conocimientos de escritura para que su obra sea consecuente y de buena calidad. Esto no quiere decir que su manuscrito pueda gustar a todos; ya sabemos que para gustos, los colores.
Desde mi punto de vista, una obra cuidada tendrá más posibilidades de llegar lejos que una a la que no se le ha dado la importancia que merece (y con esto me refiero al respeto, más que nada, para con el lector). No obstante, como siempre hay un «pero», el que compete acá es el hecho de que la escritura y la lectura vienen en decadencia. No voy a entrar en un tema de discución, ya sabemos que la autopublicación abrió una brecha muy grande, sobre todo, en cuanto a calidad, al respecto. Y mejor no hablo de ciertos libros que hicieron que muchos crean que podían escribir también «porque me partió la cabeza y me hizo ver que yo podía hacer lo mismo (o similar)».
Bueno, que me voy por las ramas. Lo quiero decir con todo esto es que un escritor no escribe solamente, sino que aprende en este camino que eligió seguir, por el motivo que sea. Y es lo que yo hago: seguir aprendiendo día a día. Es por eso que, sin importar lo básico o intensivo que pueda ser, no dejo de realizar cursos que me ayuden a mejorar mi estilo. Y uno de los últimos que hice es el de la plataforma Escribir, Taller de Redacción y estilo, que dicta la genia de Érika Gael. Y no solo con ella, sino que hice, a la par, otro con Silvina Ruffo. Y allí no queda, pues es mi intención continuar y continuar, pues de estas enseñanzas se aprende mucho.
Esto, además, me permite ver otros horizontes, pero de eso les contaré cuando «la cocción de ese sueño esté a punto».
Que tengan un buen día. Besos <3

martes, 12 de febrero de 2019

De vuelta...


¡Buenas, buenas!

Hace mucho tiempo que no paso por acá y creo que ya es hora de que retome este blog que, en sus momentos, me dio muchas satisfacciones. Así que aquí estoy de nuevo para que vuelva a tener vida.
Voy a empezar diciendo que tengo mucho para contar, pero iré de a poco para no agobiarlos.

Lo primero que quiero decirles es que que te brinden un servicio que te ayude a conseguir libros es algo maravilloso. Pero si a eso se le suma que la persona a cargo patee la calle para entregarlo y sea alguien tan especial, cariñosa, dicharachera y excelente como Natalia Libros, es un plus que lo hace aún más extraordinario. Librománticas vuelve al ruedo. Y es un orgullo para mí que mis libros sean parte de su colección. ¡Te deseo lo mejor, Nati! Lo lograste cuando iniciaste con esto y lo vas a volver a hacer. ¡Genia!

Por otro lado, en lo que a escritura se refiere, y para todos aquellos que leyeron Ecos de amor y se enamoraron de John, les cuento que su historia, 100% Love, salió en diciembre a través del sello Selecta, en digital.
Tengo que sincerarme, la verdad, con ella, ya que no fue tan fácil escribirla como lo fue con otras. Tenía la idea y qué es lo que quería, pero no le encontraba la vuelta para que avanzara, por lo que, una vez más, busqué ayuda con la genia de Érika Gael y su Taller Personalizado de Novela Romántica. Y surgió, y el cambio fue maravilloso. 
Les dejo la portada, la que me fascinó, y espero que, si la leen, la disfruten y me dejen un comentario, que eso es lo que nos ayuda a los escritores para que nos conozcan más.

Y bueno, eso es todo por el momento. Pronto volveré con más novedades y con reseñas, que eso sí que es algo que no hago desde hace bastante tiempo. 

Espero no perderme y andar por aquí seguido.

Besos y cariños para todos.